Judith pronto descubrirá la mentira en la que se ha basado su vida y su ineludible destino.
La misión de proteger a la futura sacerdotisa, aun a costa de su propia vida, le será encomendada a Darren, uno de los guerreros al servicio de los Dioses de Ershin,
Entre los dos surgirá una irresistible atracción que irá en contra de la única prohibición establecida; la unión entre sacerdotes y guerreros.